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MENTA . ESENCIA INGERIBLE

Nativa de Europa y apreciada por civilizaciones antiguas, la menta es una planta que se ha empleado exitosamente para sazonar platillos, mejorar la digestión y evitar el contagio de resfriados y gripes. Conózcala más a fondo e incorpórela en su vida para sacar provecho a sus numerosas propiedades.  Un simple toque de su esencia es suficiente para sentir frescura en el paladar, por lo que no es extraño que una pastilla que mejora el aliento, una pasta de dientes o un descongestinante echan mano de la menta (Mentha piperita) para que nuestra boca y nariz sean aromatizadas, sientan alivio y permitan placentera circulación de aire. 

 

Sin embargo, no todos saben que esta planta puede hacer mucho más por el ser humano debido a que sus componentes tienen otros usos, destacándose el de especia que mejora notablemente el sabor de los alimentos o digestivo que ayuda a asimilar adecuadamente las comidas abundantes y la carne.

Comencemos por decir que la menta proviene de Europa, en concreto de las costas con clima templado o frío, cercanas al mar Mediterráneo. Su raíz es similar a un tronco subterráneo que crece horizontalmente y del que surgen numerosos tallos de hasta 80 centímetros de altura; sus hojas son verdes, ovaladas y puntiagudas (de no más de 5 centímetros); sus flores, que surgen en verano, son color violeta y se agrupan en pequeñas espigas; su tallo es color rojizo, cualidad que permite diferenciarla de otra planta aromática y refrescante de su misma familia: la hierbabuena (Mentha sativa).

La parte más empleada de este vegetal son sus hojas, aunque en ocasiones también se aprovechan los tallos tiernos; ambos se recolectan en tiempo cálido y soleado, preferentemente antes o después de que se generen las flores (primavera y otoño, respectivamente). La menta puede consumirse fresca o luego de que se pone a secar en un lugar muy ventilado o con corrientes de aire artificial, a una temperatura máxima de 25º centígrados. Luego de esto se almacena en recipientes bien cerrados para no perder sus propiedades.

A través de testimonios históricos se ha descubierto que las clases sociales más humildes del antiguo Egipto humectaban su piel después del baño con menta mezclada con orégano y aceite de ricino, en tanto que en Grecia ya la utilizaban para curar golpes y heridas leves, aunque también encontraban placentero masticar algunas hojas para mejorar el aliento. Asimismo, tanto romanos como griegos la combinaban con otras especias en múltiples recetas con carne y ensaladas, o la incluían en vinos y vinagres para perfumarlos.

Amiga del estómago y de la salud
La menta es rica en sustancias con valor medicinal, siendo la principal de ellas el 

mentol, tipo de alcohol que supone alrededor de 50% de su composición, aunque también incluye metilester (20%) y mentona (12%). Estos compuestos, aprovechables a

 través de infusión que se obtiene luego de dejar reposar durante 5 minutos una cucharada de hojas secas en una taza de agua que acaba de hervir, o aceite esencial, destilado en laboratorio y disponible en tiendas naturistas, hacen de esta hierba valiosa ayuda en:

Problemas digestivos.
Es muy buena para estimular la digestión y mejorar la gastritis; ayuda en caso de vómito, náuseas, mareo producido por viajes y hasta en la "cruda" después de ingerir bebidas alcohólicas. Además, colabora en el buen funcionamiento del hígado y vesícula biliar.

Dolor. La aplicación de una compresa mojada con la cocción de hojas y flores aliviar dolor en articulaciones; en tanto, en aceite esencial, que se encuentra mucho más concentrado, ayuda a disminuir molestias ocasionadas por calambres en la práctica deportiva.

Cuidado de la piel y heridas leves. La infusión más concentrada se puede aplicar en caso de picadura de insecto y raspones; mezclada con aceite de oliva en partes iguales puede utilizarse sobre quemaduras pequeñas. El aceite esencial se emplea también en productos para después de rasurarse y fragancias, ya que además de aromatizar desinfecta la piel.

Enfermedades respiratorias. Resfriado, gripe y tos pueden aliviarse o prevenirse con el consumo de menta en infusión o aceite esencial diluido durante época de frío, ya que ayuda a despejar nariz y garganta. Asimismo, el mentol actúa como desinfectante, es decir, elimina microorganismos dañinos, por lo que se recurre a él aspirándolo (aromaterapia).

Limpieza bucal. Masticar hojas de menta limpia las encías y evita el mal aliento (halitosis), en tanto que el aceite esencial, rebajado en agua, es adecuado enjuague bucal (de ahí que muchas pastas de dientes la utilicen).

Higiene capilar. Restablece el nivel de ácidos naturales que se deteriora con el uso del shampoo, y ofrece delicada y profunda limpieza que remueve la grasa sin estropear al cabello. También vigoriza los folículos y brinda ligera frescura.

Fiebre. La infusión de esta planta es también útil para aumentar la sudoración y disminuir la temperatura elevada.

Tranquilizante. Aunque menos habitual, se emplea para calmar el pulso cardiaco acelerado, sobre todo en aromaterapia.

Finalmente, queda indicar que la menta no debe administrarse durante el embarazo ni en combinación con remedios homeopáticos, y que su uso como sustancia curativa tiene que ser evaluado por un especialista en medicina natural. Asimismo, cuando su aplicación por cualquier vía cause reacciones alérgicas (diarrea, malestar estomacal, indigestión o salpullido) deberá suspenderse.